Amigos míos, vamos a comentar esta noche cierto artículo
muy interesante que he visto porahí en una revista y que se titula: “Duda”
Sobre el Apagón de Nueva York; a continuacióntranscribiremos algunos aportes
del citado artículo.
“Exactamente a las cinco de la tarde con veintiocho
minutos del día 9 de Noviembre de 1965, ocurrió la falla técnica más grande e
inexplicable de la historia.”
“A esa hora y en esa fecha, doce millones de Neoyorquinos
sufrieron las consecuencias deuna total interrupción en el suministro de
energía eléctrica”.
Pero lo que ignoraban los habitantes de Nueva York era
que además de la ciudad donde vivían, había otras más sumidas en las tinieblas.
Haga funcionar las luces de emergencia, nosexponemos a un robo.”
“Pertenecientes a Territorio Norteamericano: Albany, Rochester,
Boston y Providence, estaban a oscuras; situados en Canadá: Quebec y ottawa
padecían de la misma falla técnica.”
“En una inmensa área de 207,184 kilómetros cuadrados, que
comprendía a los Estados de
Quebec,
Ontario, Vermont, parte de New Hampshire, Massachusetts, Rhode Island,
Connecticut,
Nueva York, Nueva Jersey y Pennsilvania, ningún aparato
que dependiera, de la electricidad funcionaba.”
“36 millones de personas, o sea más que la población de
Argentina, Bolivia, Chile, Paraguay y
Uruguay ¡juntas! quedaron a oscuras”.
“Elevadores, semáforos, radio, televisión y rotativas
dejaron de funcionar. Hornos eléctricos, estufas eléctricas, refrigeradores,
licuadoras, tostadoras de pan, pulmones de acero e incluso fresadoras de
dentistas se volvieron inservibles. En las calles se produjeron
embotellamientos espantosos”
“La situación se agravó aún más por el hecho de que los
vehículos que se quedaron sin gasolina no pudieron en las estaciones de
servicio surtirse”.
“Las bombas eléctricas no funcionaban y los automóviles
eran abandonados. En las estaciones del metro había casi un millón de personas
imposibilitadas de usar el transporte. (Vivo a
30 millas de aquí y mi hijo está enfermo. No podemos
movernos). La ciudad está congestionada con el apagón”.
“Los aviones que iban a aterrizar o despegar tuvieron
dificultades al apagarse momentáneamente la iluminación de las pistas. ¡Es
urgente que aterricemos! ya casi no nos queda combustible!”.
“La anarquía iba en aumento. Hubo muertos por accidente,
ladrones y gente enloquecida por las tinieblas. La situación fue tan grave e
imprevista que en el palacio de cristal de las Naciones
Unidas en Nueva York, se tuvieron que suspender las
sesiones que se estaban celebrando.”
“Conforme la duración del apagón se prolongaba, las más
altas autoridades eran conscientes que se enfrentaban a una peligrosa
alteración del orden.”
“Los reportes de última hora indican que el pánico y el
desorden aumenta en las calles. ¡Es el caos! sólo cuentan con luz eléctrica
edificios como éste, que tienen planta de luz propia. ¡Pero sólo son unos
cuantos!”.
“Pero lo verdaderamente grave, es que unidos al pánico y al
caos de este momento en esta inmensa zona de 207,184 Kilómetros cuadrados...
“Los sistemas de radar no funcionan ¡están ciegos!
¡Cualquier proyectil aéreo puede cruzar nuestro cielo en este preciso momento.
¡No podríamos detectar su presencia!”
“Es más, ni
siquiera podríamos enviar uno de nuestros proyectiles teledirigidos a
interceptarlo, porque “los botones de mando con los que se les ordena despegar,
dependen de la electricidad para su funcionamiento” ¡Es inútil este inmenso
aparato, no sirve para nada!”.
“Señores, somos uno de los países más poderosos de la
tierra; gastamos cada año, miles de millones de dólares en armamento y en
fortalecer nuestros sistemas de seguridad, pero ante una situación como ésta,
somos impotentes. Una civilización tan tecnificada y poderosa como la nuestra tiene
un talón de Aquiles, una gran debilidad... “La electricidad”, se han preguntado
todos ustedes.....
“¿De que nos sirve el radar, los proyectiles
teledirigidos, el telégrafo, el teléfono y la televisión? ¡De nada!
absolutamente de nada ¡claro! ¡Tiene razón el general! ¡No podemos transmitir una
orden! no podemos recibir información.”
“Esta es la quiebra de nuestro poderío militar e
industrial, todo está paralizado”
“Señores, por favor, un poco de cordura...No es por demás
que les recuerde que el gobierno a que todos nosotros pertenecemos es
totalmente consciente de la terrible importancia de la electricidad”.
“En cada central eléctrica existen grandes cerebros
electrónicos y computadoras encargadas de vigilar cada centímetro de los
grandes cables que conducen el fluido eléctrico.
Cuando uno de los cerebros electrónicos descubre, por
ejemplo, que uno de los cables está siendo sobrecargado de electricidad y que
hay el peligro de que se funda...la línea cinco está peligrando”.
“Automáticamente esa carga es repartida entre otros
ramales del sistema. La sobrecarga se repartió entre las líneas siete y ocho”.
Así mismo, las computadoras indican cuando un gran fusible se ha quemado a qué
línea pertenece y el lugar exacto de la avería. Es el tercer cable del ramal de
Albany; La avería se localiza entre la torre 17-B y la
18-B, salimos de inmediato para allá”.
“Incluso, si en una zona se llegara a producir una avería
que no hubiera sido captada por las centrales electrónicas, esa zona se aísla
de las demás para que no cause daños en otros sistemas de conducción eléctrica.
Hemos aislado la zona sur de Montgomery y procedemos a hacer la reparación”.
“Cada revelador, cada fusible, cada switch y cada
conexión son cuidadosamente revisadas cada instante. Estoy seguro que de un
momento a otro se corregirá la falla que hubo y tendremos nuevamente
electricidad. El apagón sólo lleva una hora de duración”.
“Desgraciadamente esos optimistas cálculos no fueron
confirmados por la realidad. ¡Mi hijo, mi hijo! No lo vi en esta oscuridad,
salió corriendo del callejón”.
“El gran apagón duraría exactamente doce horas, ¡ni un
décimo de segundo más! ¡Frank, ven ya tenemos luz! Los más precisos cronógrafos
eléctricos, al recibir la descarga de la electricidad no tuvieron que ser
tocados en sus manecillas para que siguieran indicando la hora con gran
exactitud.
¡Está marcando la hora que es!”.
“Debemos exigir una investigación. De la misma misteriosa
manera que se había interrumpido la luz, comenzaba a fluir por cada cable. Un
apagón de la duración inusitada que había tenido éste y que “curiosamente”
había durado doce horas, provocó incertidumbre en un gran sector de Norteamerica!"
“Que se deslinden responsabilidades. Ciudadanos comunes y
corrientes, hombres de empresas y periodistas pidieron del gobierno de Estados
Unidos una explicación sobre lo ocurrido.
Siguen llegando telegramas, señor. Nos exigen que
aclaremos lo ocurrido”.
Hasta aquí las palabras del mencionado artículo. No hay
duda de que unos pocos hombres extraterrestres fueron capaces por sí mismos de
paralizar todo el sistema eléctrico de Nueva York y muchas otras ciudades, tal
como ya está dicho.
Veamos pues la diferencia fundamental entre el hombre y
el animal intelectual; Es obvio que todas las gentes se consideran dentro del
reino hominal o humano para ser más claros.
Diógenes con su linterna anduvo por las calles de Atenas
con una lámpara encendida buscando un hombre y no lo halló.
Pilatos presenta al Cristo diciendo: “ECCEHOMO”, he aquí
al hombre.
Cuán difícil es alcanzar el estado humano y sin embargo,
todos se creen hombres. El hombre es el verdadero Rey de la creación y puede
hacer maravillas tan grandes como las del apagón de
Nueva York. Estamos seguros de que una media docena de
hombres podría paralizar no solamente el sistema eléctrico de los Estados
Unidos, sino además, todas las actividades del mundo entero.
Media docena de hombres auténticos, legítimos y
verdaderos podrían tomarse el planeta tierra sin disparar un solo tiro y en
cuestión de minutos.
(SAMAEL AUN WEOR)